miércoles, 27 de agosto de 2008

Comienza la aventura


Abro este espacio con la vista puesta en el futuro, de la misma forma que abrí dos planes de ahorro.
Bendita la hora!
Contaré aquí en pocos eposodios, para no hacerme pesadito, las aventuras y desventuras que supuso esto que, a priori, debería ser algo simple: yo contrato el plan de ahorro, tú me pasas las cuotas y cuando quiera pasta, te lo digo, y si realmente dispongo de ella, tú me la das.
Pues no.
La historia comienza en 2007, cuando decido que quiero ahorrar algo de dinero para cuando vengan las vacas flacas, o para engordarme yo durante unas buenas vacaciones. Mi banco no me da ningún interés especial por ir metiendo en una cuenta de ahorro todos los meses unos pavos, y decido abrir un plan de ahorro en una compañía de seguros.
Pasan los meses, y como no tengo ningún problema, y quiero meter algo más de pasta mensualmente, abro uno nuevo, a nombre de mi mujer, y por la misma cantidad que venía pagando. Ahorro doble!!, me dije. Iluso de mí.
Siguen pasando los meses y, de repente, un día, veo mi cuenta del banco en números rojos. No era alarmante, pero sí poco habitual. No soy muy dado a mirar el extracto de movimientos a no ser que vea algo muy raro, y me encuentro con que, por su cuenta y riesgo, la compañía de seguros ha decidido cambiar el día en que pasa uno de los recibos al cobro, y me cae el día 29. No había más días?, parece ser que no.

Continuará...