viernes, 19 de septiembre de 2008

Capítulo 4: Las "disculpas" y la compensación

Después de leer la carta, me consta que alguno recordó a mis ancestros, vivos y muertos a lo largo de varias generaciones.
Tras calmarse (imagino) y percatarse de que, por tercera vez, me habían desgraciado el fin de mes, recibí una sarta de disculpas, que ya tomé un poco más de coña que las primeras.
Sin fiarme ni un pelo, seguí pagando religiosamente mis cuotas, a la espera de una buena ocasión para utilizar nuestros ahorrillos.
Tanto lo sintió la compañía, que nos regalo sendas pólizas de seguro de vida, por un año y sin coste alguno. Buena filosofía. Es lo mismo que si te intoxicas en mi bar por una ensaladilla purulenta con la salmonelosis tan crecida que roba las aceitunas, y para compensarte, te invito a una ensalada con salsa rosa.
En fin, dado que no costaba más que la tinta del boli para firmar, y lo puso el agente, las firmamos. Espero de todo corazón no tener que hacer uso de ellas.
En breve, el principio del fin.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La primera misiva (capítulo 3)

Este es la carta que envié al director de la sucursal correspondiente, a día 1 de Febrero de 2008. Me consta que la ha enviado a más altas instancias de la compañía; parece ser que andaban cortos de papel higiénico:

Estimados señores:


Como habrán podido comprobar, he devuelto uno de los recibos que han pasado a mi cuenta, por las razones que paso a explicarles:


Mantengo con ustedes dos planes de ahorro, que van siendo alimentados puntualmente cada vez que pasan un recibo al cobro a mi cuenta. Hasta no hace mucho, yo no tenía ninguna queja sobre el servicio que su empresa me presta, aunque tampoco me producía una excesiva satisfacción. Esta llegará el día que me devuelvan el dinero todo juntito, pero hasta ahí, ustedes cumplían con su parte del trato, y yo con la mía. Hasta que alguien decidió que no estaba bien que yo pagase mis recibos en la primera quincena del mes, que es cuando tengo dinero para hacerlo, y pensó que el día 28 era un día magnífico para abonar recibos y destrozar finales de mes.

En primera instancia, supuse que sería una confusión, hasta que el agente que tramitó mis pólizas me dijo que no, pero que se podía arreglar. Esperanzado, el mes siguiente aguardé hasta que, de nuevo, el recibo de Catalana Occidente volvió a hundir en la más negra de las miserias mi cuenta bancaria. Esta vez pensé que algún informático de su compañía, aquejado de alguna grave dolencia mental, había decidido que los recibos se cobraran en días aleatorios (limitando la aleatoriedad a los últimos 5 días del mes). Volví a hablar con su agente, el cual, intentó que entendiese que tal vez no se pudo llegar a tiempo ese mes de evitar el desastre.

Cuando, por fin, consiguió que me pasaran los dos recibos en un buen momento (aunque piense que soy excesivamente exigente, me valdría cualquier día del mes anterior al 21), entonces empiezan los problemas de verdad, que no le contaré para no aburrirle en exceso. El final de mi historia es que durante el mes de enero de 2008 me han pasado ustedes 4 (cuatro) recibos, correspondientes a 2 planes de ahorro, sin que yo haya pedido una aportación especial ni nada parecido.

Los recibos tienen fechas de: 2 de ellos de 4 de enero, 14 de enero y 28 de enero, correspondiendo uno del día 4 y el 14 a uno de los planes y los restantes al otro. Comprenderá ahora que haya devuelto un recibo. Realmente, lo que yo quería hacer era cancelar los dos planes pero, cosas de la vida, no lo hice. Yo también me equivoco.

Espero que la próxima vez me pasen los recibos en los plazos que solicito y sólo los recibos correspondientes. Puedo entender que será un gran esfuerzo, pero considere que yo también lo he hecho al bajar la voz cuando blasfemaba cada mes, el día 28, para que los vecinos no se sintieran ofendidos en lo más profundo de todas sus creencias.


A la espera de sus recibos y noticias, reciba un saludo




Xxxxxxxx, a 1 de Febrero de 2008

lunes, 1 de septiembre de 2008

La aventura continua (capítulo2)



Tras intentar aclarar con el agente que tramitó las pólizas la razón del cambio del día de cobro, consigo averiguar que esa parte del proceso está subcontratado, y parece ser que ha cambiado la empresa encargada del crematístico asunto.
Bien, me dije, no debe ser muy difícil hacerles entender que los recibos deberían ser cobrados como hasta ahora. Craso error!!
O bien no entienden el román paladino, o bien se pasan las peticiones por el forro de los caprichos.
La cosa sigue con que pasan algunos recibos a su debido tiempo, y otros duplicados en el mismo mes, con lo que, si ya me estaban destrozando una economía no demasiado boyante al cobrarlos el día 28 o 29 de mes, es imaginable, aunque no agradable, como quedaba la cuenta después de soportar 4 recibos, en lugar de 2.
En este punto, decido empezar a poner las cosas por escrito, que luego las palabras se las lleva el viento, y FSM sabe dónde y en qué orden aparecen luego, pero eso es tema para un siguiente capítulo.